Grandes espacios, profundos silencios

Considerada por la crítica internacional más exigente como uno/a de los/as más interesantes cineastas de la actualidad, la singularísima Kelly Reichardt estará presente en el Bafici con su último film, Certain Women, cuatro historias de soledades paralelas que a veces se rozan. Cuatro mujeres en los paisajes infinitos de Montana –cercados por cadenas montañosas-, encarnadas por fenomenales actrices.

Por Juliana Güemes

Estadounidense, Miami, 1964. De padre y madre policías (él, especializado en identificación de criminales; ella, de la brigada de estupefacientes), a la hora de elegir carrera, Kelly Reichardt deja la Florida para ingresar a la escuela del Museo de Bellas Artes de Boston, Massachussetts. Ya de chica, Kelly venía practicando fotografía con la cámara paterna destinada a hacer tomas de las escenas del crimen, de los cadáveres… En 1988, se instala en NY y pronto entra en el mundo del cine como directora de arte de La increíble verdad, de Hal Hartley, film donde también hace un papelito. Un par de años después, está en el equipo técnico de Poison, de Todd Haynes. Paralelamente, enseña cine en el neoyorquino Bard College.

En 1995, KR dirige su primer largometraje, River of Grass, en forma ilegal y con la policía de Miami en sus talones. Filmada en apenas 19 días y sin muchas pretensiones, ha sido considerada por algunos críticos –incluidos los del NY Daily News y los del Boston Globe- como uno de los mejores films de ese año. Además, tuvo una muy buena repercusión en Sundance.

Guionista desde el primer momento, Reichardt trabaja ese rubro, a veces acompañada, en todas sus películas.  Gracias a Haynes, conoce al escritor Jonathan Raymond, con quien adapta su segunda obra, Old Joy, de 2006 (previamente había hecho dos cortos, Ode -1999- y Then a Year -2001-). Financia el largo gracias a la herencia de una vieja tía y descubre unos de sus lugares cinematográficos en el mundo: Oregon, escenario de futuros films. Old Joy gana cómodamente el premio  de la crítica como producción independiente en L.A., y a continuación recibe un galardón en el festival de Rotterdam. A partir de este film, la directora comienza a hacer también la edición de sus obras. Sigue trabajando sobre temas de la literatura de Raymond en Wendy y Lucy, 2008, primera colaboración de Michelle Williams como la joven mujer que viaja con su perra Lucy hacia Alaska y sufre serios percances en el estado de Oregon. Considerada en el Top 10 de American Film Institute y recompensada en la sección Una cierta mirada, del Festival de Cannes.

Kelly Reichardt
Cine resueltamente independiente el de KR, en lo financiero y en lo temático, que toma a ciertos géneros y los revisa desde su óptica parsimoniosa y refinada. Tal es el caso del antiwestern Meek’s Cutoff, 2010, de nuevo con Williams, acerca de un grupo de pioneros a mediados del siglo XIX que, recorriendo Oregon, se topan con un nativo americano y se dividen. Siempre cosechando premios, la siguiente producción de Kelly, Night Moves, 2013, gana como mejor film en Deauville. Con un gran trío –Jesse Eisenberg, Dakota Fanning, Peter Sarsgaard- funciona como un peculiar thriller.


Algunas mujeres observadas

El estilo despojado, el tempo calmo, la cercanía con la naturaleza, esa mirada que remite por momentos a Robert Bresson encuentran su sublimación en Certain Women, 2016, film que significó mudarse de Oregon a Montana, y cambiar a Jonathan Raymond por Maile Meloy (1972). En sus tres relatos, la escritora planta la acción en Helena, capital de Montana, pero Kelly encontró un rancho (donde trabaja una de las protagonistas) cerca de la ciudad de Livingstone y “el lugar se me impuso como una evidencia, con esos espacios inmensos, viento, frío, nieve. El horizonte bloqueado por doquier por las montañas: donde se mire se siente esa opresión. Podía representarme inmediatamente las escenas, pensar dónde iba a poner la cámara. Además, Montana ofrecía mejores condiciones financieras y dos de las actrices provienen de ese estado, Michelle Williams y Lily Gladstone”.

El título Certain Women no pertenece a Meloy: KR se lo pidió prestado a una amiga que también enseña en el Bard College, Peggy Ahwesh, cineasta experimental. Título perfecto para designar a estas mujeres –Laura, Gina, Beth, Jamie- rescatadas por una notable escritora y llevadas a la pantalla con atenta sutileza por Reichardt, una directora que reconoce la influencia de los juegos cromáticos de Milton Avery en sus imágenes. Así como el clima de las fotos de Stephen Shore para los planos de los parkings: “Me interesa tratar de encontrar belleza en un decorado chato, impersonal. En tanto cineasta que filma ciudades en presente, creo que necesario saber abrazar la fealdad desechando la imaginería publicitaria, no quiero intentar volver las cosas más cool o tendencia, ese es uno de mis desafíos. Para Certain Women, pensé mucho en los trabajos de Chantal Akerman, en su forma de encuadrar los espacios y de acordar a los cuerpos la libertad de entrar y salir de cuadro”.

Lily Gladstone
Sobre la presencia de los caballos que cuida y alimenta Jamie, dice Kelly: “Amo a los animales, no me gusta recurrir a los que están amaestrados. Esto puede representar algo de caos en el rodaje, pero también mucha espontaneidad. Me gusta cuando hay perros acompañando en la filmación, bajan las tensiones de todo el mundo. Actuar con un animal es muy estimulante para cualquier intérprete que así debe hacer frente a imprevistos antes que focalizarse solo en su texto”. A Reichardt la motiva el tema de los nativos norteamericanos, de esos pueblos originarios que fueron invadidos, diezmados. Como en Meek’s Cutoff, en Certain Women aparece una india, maravillosamente actuada por Lily Gladtone, y en una escena en una galería comercial tiene lugar un bailecito tribal, lleno de plumas y color. “Ya en el primerísimo plano de mi film se escucha una native song. Era algo que quería explorar en Montana después de haber leído a James Welch, que ha escrito sobre diferentes tribus y comunidades. En este estado, si se va al restaurante, al colegio, al hotel, si se mira una cortina, una vidriera, se nota que hay mucho que refiere a la cultura amerindia. Pero para ver rostros más oscuros hay que salir de las ciudades, visitar las reservas”. Gladstone tiene sangre indígena y hace a una suerte de cowgirl que por curiosidad entra al curso elemental de Derecho que da Beth (una bellamente descuidada Kristen Stewart) y se prenda de ella. La cineasta elogia a todas sus actrices, especialmente a Lily: “Es extraordinario cómo se le puede poner la cámara a 30 centímetro de su rostro sin que eso parezca afectarla de ninguna manera. Ella es muy entusiasta respecto de su trabajo, atrapa todo a gran velocidad. No puedo imaginarme el film sin Lily, sin su aporte emocional”.

En el segmento de Gina, a cargo de Michelle Williams, está la dimensión del western aggiornado, con esta mujer que viene a tomar posesión de antiguas piedras que sostuvieron una escuela del tiempo de los pioneros. Y lo hace con un poco de culpa porque el propietario es un hombre viejo, que no está del todo en sus cabales. Ella quiere construir una casa de vacaciones “auténtica” al borde del río, que incluya restos de rieles de los inicios del tren en el Oeste, con la complicidad del marido, que la engaña (pero eso solo lo sabe el espectador), y bajo la mirada hostil de la insoportable hija adolescente.

Por cierto, KR participó activamente de la Women’s March de enero en Portland, Oregon, entre otra 100 mil personas: la más grande manifestación de la historia de esa ciudad: “Fue una experiencia buenísima, ahora espero que al menos buena parte de esa gente mantenga ese empuje activista”.


Proyecciones de Certain Women en el Bafici
Village Caballito 7
22 de abril a las 15
24 de abril a las 13
29 de abril a las 20,50
Las entradas del Village Recoleta 8 están agotadas