Por Belén Parrilla
Enigmática trans. Quién ríe último…
Es más fácil definir quién soy que qué
soy. Así que aceptame así, conviví conmigo… Mirá “mujer”, que estoy a la
vanguardia de tu lucha.
El mundo me fotografía, adora mi rareza.
Un retrato a imagen y semejanza de Leonardo, el puto más creativo. La más
intervenida, la que defrauda, la más pop de las renacentistas… Vivo en un
páramo indescifrable donde los animales ni aparecen porque no saben qué forma
tomar. Discordante, los lados de mi paisaje no pegan bien, yo soy la reina sin
física. Mis leyes son solo para mí.
Nací Lisa de pecho pero Mona como ninguna.
Soy ambigua, traslúcida, desconcertante… Me creó el artista del esfumado, del
sin contorno. Estoy entre nieblas… soy mi atmósfera, no hay descripción cerrada
para mí. Yo soy mi universo.
No soy la más linda, es cierto, pero sí la
más famosa. Copiada hasta el infinito ¿Cuántos retoques puedo resistir para
parecerme un poco más a mí? ¿Cuántas versiones puedo dar? ¿Cuánto voy a aguantar
las intervenciones?
Freud dice que reflejo una preocupante masculinidad. Yo fui feliz el día en que dejé de
preocuparme y me monté toda. Así que Sigmund, podés
quedarte tranquilo. Y ustedes, histéricas,
pueden ponerse a mi lado que yo, embarazada imposible, doy a luz a la nueva
mujer. Soy Lisa Leonarda. La que se hace por decisión. Prestame tus labiales,
compañera, no soy tu competencia.
Ví pasar las hordas revolucionarias frente
a mí. Velé los sueños de Napoleón. Soy puro vogue pero no soy francesa. Mi bandera tiene
todos los colores y está plena de orgullo. ¿Quién mejor que yo entiende la
lucha? ¡Enfrento hasta a la biología!  Muchachada, yo estoy blindada, soy
a prueba de balas.
Los decepciono, ya se. ¿Por qué es tan
famoso este cuadro de mierda?, piensan
algunos cuando llegan al Louvre. Pero no lo dicen, porque queda mal reconocer
el no entender… Es más fácil convertir la perturbación en rechazo, guardada en
el fondo del corazón.
Me voy a sentar a esperar
serenamente  que puedas digerirme. Quieta, mirándote a los ojos. Una mano
apoyada en la otra, magnífica, la
más mujer... Al fin y al cabo, es un tema de percepción visual, dicen los
especialistas (semi-sonrío).
El mundo me fotografía, odia mi rareza.
Aquí me quedo, en el centro de la escena.
Vendrá el día en que no se pongan nerviosos por enmarcarme.
Soy Lisa Leonarda. La que ríe última…
